San Pedro
Datos principales
Autor
Fecha
1633
Estilo
Material
Dimensiones
218 x 111 cm.
Museo
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Las enseñanzas del tenebrismo practicado por Ribera, el Españoleto, fueron fecundamente aprovechadas por Zurbarán. El pintor extremeño recurre a los mejores trucos de este estilo para mostrarnos una conmovedora imagen del apóstol San Pedro. En efecto, el lienzo está pintado en gamas de similar tonalidad, en una paleta muy oscura que abunda en tonos ocres y marrones pardos. El fondo es neutro, pues se pierde en la oscuridad, sin indicarnos la situación del santo, aunque se supone en un interior. Sobre la figura humana cae un foco de luz de tono amarillento y de naturaleza artificial. El foco es único y muy potente, lo que crea contrastes entre las zonas iluminadas y aquéllas que permanecen en sombra. De esta manera, el pintor consigue destacar tan sólo aquello que le interesa: el rostro avejentado de San Pedro, su cuello poderoso y lleno de músculos, las manos entrelazadas en piadosa oración, y los pies arrugados, cansados, llenos de arrugas y suciedad. A través de estos cuatro elementos podemos reconstruir la personalidad del representado, cuyo cuerpo se pierde bajo una túnica azul oscuro y un pobre manto marrón, que apenas destaca contra el fondo. Zurbarán fue un maestro del tenebrismo, así como del estudio de figuras. Su habilidad para representar los materiales, las telas, la piel o el cabello era increíble. Y su penetración para la plasmación de rostros y expresiones convierte a este San Pedro en una auténtica obra maestra.