San Juan en la fuente
Datos principales
Autor
Fecha
1608-09
Estilo
Material
Dimensiones
100 x 73 cm.
Museo
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Éste es uno de los lienzos más hermosos de su autor, lleno de espontaneidad y simpatía. San Juan Bautista no es un arisco ermita o un mártir con la cabeza cortada, sino un encantador muchacho, de cabellos encrespados, que se apoya en un brocal para beber agua de la fuente. De hecho, quién podría decir que se trata de una imagen de devoción en vez de un retrato espontáneo de un niño del pueblo... Tan sólo hay dos indicaciones directas que nos desvelan la identidad del crío: la cruz hecha de cañas y la pelliza, ambos atributos que San Juan llevará durante su retiro de adulto al desierto. Pero además, el lector culto de la imagen puede encontrar otras sutiles indicaciones, como es la inocente pose del muchacho: el agua cristalina, la fuente, es símbolo del bautismo, que San Juan instauró al predicar la llegada del Mesías y la nueva era cristiana. Su gesto ansioso, con la boca abierta y separada hábilmente por una sombra del resto del rostro del muchacho, indica la necesidad del alma por beber de la nueva fuente de salvación. Sólo Caravaggio puede hacer que un tema como el Bautismo aparezca reflejado en el rostro y las manos sucias de un pilluelo italiano del siglo XVII.