San Juan Bautista
Datos principales
Autor
Estilo
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Dimensiones
102,5 x 83 cm.
Museo
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Nuevamente el autor de esta obra nos muestra un catálogo del Naturalismo Tenebrista. El motivo del lienzo no es otro que una recreación ideal del Bautista, jugando con un cordero. Este cordero es el símbolo del sacrificio pascual del ritual judío, y por ello identifica tanto a San Juan como a Jesús, pues ambos murieron víctimas inocentes para la salvación del mundo. Caravaggio suele elegir a un San Juan joven, casi adolescente, y aislado de los años de penitencia que pasó en el desierto. Aquí lo pinta en un espacio irreal, lo que destaca la figura y la acción como una composición abstracta, con los elementos indispensables para realizar una lectura meditativa. El fondo negro elimina toda posible referencia terrenal al tiempo que delimita con brillantez la figura desnuda de Juan, iluminado desde el ángulo superior izquierdo del marco. Juan es un muchacho normal y corriente, de espesos cabellos negros y mejillas rojas, tomado fidedignamente de algún modelo natural. Lo mismo puede aplicarse al cordero, cuyo realismo será imitado en las obras de los españoles como Ribera o Zurbarán . Caída en el suelo se encuentra la clave para recomponer lo que parece una escena idílica, en la que un muchacho juega con su cordero arrebatándole un ramillete de flores para que no se las coma. Esta clave que dota del verdadero significado a los personajes es la cruz hecha con palotes, que lleva enrollada una filacteria: en ella puede leerse el final de la frase "Agnus Dei", cordero de Dios, víctima del sacrificio.