Sagrada Familia del Cordero

La estancia de Rafael durante tres años en Florencia

Florencia

Ciudad Italiana de origen etrusco y más tarde colonia romana con gran relevancia histórico artística especialmente en los siglos XIII, XIV, XV y XVI. Foco del renacimiento italiano fue cuna y escenario de muchas de las más destacadas obras artísticas y de sus autores.

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es vital para su pintura ya que recogerá las influencias de Leonardo

Leonardo di ser Piero da Vinci

Gran genio del Renacimiento, destacará por su dominio del claroscuro y por el sfumato, técnica con la que difumina los contornos. Con unas cuantas y escasas obras influirá en artistas de generaciones posteriores. No debemos olvidar tampoco su faceta de inventor y dibujante.

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- en plena actividad en la capital de la Toscana - las asimilará y dará un toque muy personal creando obras de la belleza de esta Sagrada Familia del Cordero. Su aprendizaje con Perugino

Pietro di Cristoforo Vannucci

Pintor renacentista italiano (h.1448-1523) destacará como maestro de Rafael y por su estilo seguro, de amplias figuras insertas en paisajes.

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le hará continuar con las amplias perspectivas tradicionales del Quattrocento, pero Rafael será el gran genio del Cinquecento, precisamente porque sabrá imponer su fuerte personalidad a las influencias que recibe, sin convertirse en un mero imitador. Las figuras de Rafael recogen el ideal de belleza del Renacimiento

Renacimiento Italiano

El desarrollo del Renacimiento constituye la gran revolución en la concepción del arte occidental. Las claves de lectura de la imagen visual que instituye han regido sin interrupción hasta nuestros días. Sólo la pintura contemporánea se ha atrevido a violar tales reglas y a provocar una ruptura tan radical y escandalosa como la que plantearon los jóvenes genios del Renacimiento italiano.

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y la devoción cristiana. Su gran preocupación es la relación entre ellas, por eso se relacionan a través de los gestos y de las miradas. Los escorzos en que se sitúan otorgan mayor dinamismo y gracia a la escena; los claroscuros empleados y el vivo colorido hacen recordar a Leonardo, de cuya fuente bebió Rafael para producir escenas de tanta belleza y encanto como esta Sagrada Familia, siempre con un aire inconfundible. La obra está firmada con letras doradas en la cenefa del escote de la Virgen.