Sacrificio de Joaquín

Datos principales


Autor

Giotto

Fecha

1302-05

Escuela

Trecento

Estilo

Renacimiento Italiano

Material

Fresco

Museo

Capilla de los Scrovegni

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Dentro del registro superior de los muros de la nave única de la capilla Scrovegni, que desarrolla la Historia de San Joaquín y Santa Ana, se sitúa este Sacrificio de Joaquín. Tras ser expulsado del templo por no haber tenido descendencia y después de autoexiliarse al campo, San Joaquín ofrece un cordero a Dios si éste le permite que su mujer pueda concebir. La escena se presenta en un paisaje abierto, en la que figuran dos hechos simultáneos: el anuncio del ángel, con la aceptación del sacrificio, y el sacrificio en sí. La composición viene determinada por la tensión que crea la línea diagonal ascendente del terreno, en la que se encuentra arrodillado el santo. Pero existe una lectura más profunda que completa convenientemente la imagen. Si bien la diagonal crea el clima de tensión del sacrificio, arriba del macizo montañoso, nos parece más potente la creada entre las miradas del santo y el ángel, con sus rostros bien caracterizados. Los protagonistas, ataviados con los mismos ropajes, se relacionan profundamente a partir de sus miradas: la del ángel hacia Joaquín, que reacciona hacia el ángel. Pero detrás de ellos, el personaje anónimo que aparece en el extremo izquierdo, no parece mirar hacia el lugar del sacrificio, más bien continúa el juego de miradas. El personaje vuelve su rostro y lo dirige hacia el cielo, hacia la mano de Dios, que asiente y bendice desde el cielo. Si los protagonistas principales parecen pertenecer a otro mundo, a otra esfera, ya que se presentan sin relación con el paisaje, el testigo cotidiano del suceso milagroso, está compuesto con los mismos colores del terreno; pero, además, es el encargado de narrar al espectador lo que ocurre en la escena. Este recurso es muy característico de las pinturas de Giotto, ya utilizado en la basílica Superior de Asís.

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