Retrato de la gitanilla de Emerita
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Ejemplos tan significativos como el de la conocida Gitanilla emeritense no vienen sino a confirmar el peso que en la plástica privada tenía el gusto personal, a pesar de encarnar tradiciones de cuño indígena. Se trata de un busto con el remate inferior de forma cuadrangular, de manera que se encajaría en un soporte. Se trata de una joven que presenta un extraño peinado, con el flequillo rizado y anchas patillas incurvadas sobre la mejilla, de donde recibe el nombre que la ha hecho popular. A la mitad del cráneo hallamos compartimentado el cabello que se hace plano en la zona superior mientras que la delantera está ocupada por el flequillo de largos mechones en forma de ese. Este tipo de peinado se supone que es fruto de una mezcla de peinados autóctonos e importados de la metrópoli.En la ejecución del rostro destaca el contraste entre el pulimento de la piel con la dureza de los mechones del flequillo. La joven viste una túnica de redondeado escote en la que el autor nos muestra un sumario plegado, sin interesarse en exceso por elaborar una zona visible de la obra.