Retablo del Bautista. El bautismo de Cristo
Contenidos relacionados
Afincado en Sevilla desde 1629, el cordobés Felipe de Ribas se convertirá en el virtual heredero estético de Montañés , Cano y Mesa , y en la cabeza de un fructífero taller familiar, responsable de la fábrica de un considerable número de retablos y esculturas. La formación de este artista se produjo en el taller de Juan de Mesa, pero tras la muerte de éste, sus ojos se volverán hacia Alonso Cano, sin renunciar del todo a las enseñanzas indirectas de Montañés. Son esas las coordenadas que rigen su arte, animándolo todo un personal sentido de la decoración, basado en figuras de niños, cartelas y motivos vegetales que se extienden por las superficies, dotando a sus composiciones de un peculiar aspecto abigarrado. Gran parte de la producción de Felipe de Ribas pertenece al campo de la retablística y es ahí donde mejor podemos apreciar los pilares en que fundamenta su estética. Si se trata de un retablo de proporciones medias, Ribas se mostrará más valiente y vanguardista, acorde con las propuestas de Cano, sin que olvide la turgencia para los elementos decorativos, según queda patente en el retablo del Bautista del convento jerónimo de Santa Paula de Sevilla, el mejor de la serie, digno marco para la imagen del titular que tallara Martínez Montañés.