Primer Lapidario
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El prólogo del Primer Lapidario (hay cuatro lapidarios en el códice) habla de una participación del rey bastante reducida: "Dios quiso que viniese, siendo príncipe, a manos de don Alfonso, que, aconsejado por su físico, el judío Yhuda Mosca el Menor, se lo mandó traducir del árabe al castellano, tarea que realizó con la ayuda del clérigo Garci Pérez". Aunque la traducción se acabó en 1250 (dos años después de la conquista de Sevilla), el códice se empezó a escribir siendo ya rey don Alfonso -es decir, después de 1252-, pues como tal figura en el prólogo.