Pintura para tabla sobre arcosolio, de Cuéllar (Segovia)
Contenidos relacionados
Las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre muestran cómo contemplaba la nobleza bajomedieval el final de la vida: aunque veía la muerte como el tránsito a una vida mejor, también apreciaba la vida terrenal como un regalo, y consideraba que hay que disfrutarla y aprovecharla para adquirir la fama que permanecerá tras la muerte. Los sepulcros bajomedievales ofrecen una gran variedad de tipos, adaptados a la capacidad adquisitiva del difunto. La pequeña nobleza, que en algunos casos lograba disponer de arcosolios en los muros de las iglesias y conventos, no podía afrontar siempre la adquisición de un enterramiento con decoración escultórica, por lo que se contentaba con una tabla pintada que encajaba entre la tapa del sarcófago y el arco. En las tablas de Cuéllar (Segovia), de la primera mitad del siglo XV, se muestra a Juan Velázquez y su hijo en posición yacente y vestidos según su condición de caballeros hidalgos, sin títulos nobiliares pero con prestigio social.