Pentecostés

Datos principales


Autor

Domenikos Theotokopoulos

Fecha

1600 h.

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

275 x 127 cm.

Museo

Museo del Prado

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El Pentecostés formaba parte del cuerpo alto del retablo realizado por El Greco entre 1595-1600 para el Colegio de Doña María de Aragón. La Anunciación y el Bautismo de Cristo serían compañeros, pero estaban colocados en el cuerpo bajo de dicho retablo. Como en los demás cuadros del encargo, el artista ha empleado un triángulo, en este caso invertido, para organizar la composición. Las dos figuras de primer plano son vistas en una perspectiva diferente, posiblemente para acercarlas al espectador. Son las más interesantes de la escena ya que muestran mayor dinamismo que sus compañeros. La Virgen, sentada, preside la imagen y a su alrededor se agrupan los Apóstoles y la Magdalena, en una clara muestra de isocefalia que recuerda al mundo gótico. La luz procede de la paloma del Espíritu Santo, hacia la que buen número de personajes elevan la mirada. Es una luz fuerte y clara que provoca la pérdida del color allí donde incide, especialmente en la túnica de María o en las figuras de primer plano. El maestro emplea una figura arquetípica en sus obras, alejada totalmente del canon clásico de belleza, en el que la proporción y la belleza son las claves. Así, el cretense estiliza la silueta al desarrollar un canon de uno a trece, es decir la cabeza es la decimotercera parte del cuerpo. Se crean esas largas figuras con la cabeza muy pequeña y envueltas en amplios ropajes que impiden ver su anatomía, totalmente contrario a sus orígenes, cuando la personalidad de Miguel Ángel dejó una profunda huella en la obra del cretense.

Como ocurre en la mayor parte de sus escenas, el recurso del paisaje o de la arquitectura para dar efecto de perspectiva es eliminado al recurrir a un fondo neutro, casi innecesario en este caso, al ocupar las figuras toda la superficie pictórica. El colorido usado por el artista es muy variado, predominando los tonos fuertes en los que la luz hace estragos. Esta utilización teatral de la iluminación puede asegurarse que fue aprendida en Venecia junto a Tintoretto. La pincelada es rápida y vibrante, aplicada mediante manchas. Por todo el retablo El Greco percibió 65.300 reales y puso todo su empeño, tanto artístico como intelectual, al desarrollar a la perfección el programa iconográfico deseado por el cliente.

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