Paisaje de montaña en Bohemia

Datos principales


Autor

Caspar David Friedrich

Fecha

h. 1830

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

35 x 48,8 cm.

Museo

Hamburger Kunsthalle

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Se trata de una de las obras de más compleja adscripción de Friedrich, por cuanto tanto el lugar representado como su datación han sido objeto de polémica. Se ha relacionado, tradicionalmente, con el Riesengebirge, con la cima del Schneekoppe; otros lo han asimilado al Kleis (actual Klic), en la zona bohemia de la sierra del Lausitz. En 1904 se consideraba un "Paisaje del Harz", en la Alemania central. Todas estas ubicaciones son posibles, pues Friedrich recorrió a pie tanto las montañas de Bohemia, como el Harz como la zona del Lausitz. En cuanto a la fecha, ha sido datado en 1820, 1823, 1828 y 1830. Esta última parece la más verosímil, teniendo en cuenta que existen ciertas aproximaciones en sus estudios realizados durante su viaje a Bohemia en 1828. En efecto, la última tendencia es a considerar que se trata de un paisaje del Mittelgebirge en Bohemia. Con todo, se han rastreado antecedentes en su primer viaje a Bohemia en 1803. Esta obra fue expuesta en Berlín en 1832 como "Paisaje". Lo principal en este óleo es su grado de abstracción. En 1833 se preguntaba el crítico de "Das Museum" sobre esta obra: "Lo que más interesa es precisamente lo que falta... Tres colores y dos líneas - ¿y se supone que esto es un paisaje? En una segunda mirada uno se da cuenta de que se trata de un trozo de cielo, un valle, unas colinas... Pero ¿qué tiene de especial? ¿Y por qué? Porque es la manera en que aparecen en la naturaleza - pero no en este austero aislamiento, no de forma tan abstracta.

Lo que, entonces, aparece en este cuadro es la abstracción de la parte del artista: su selección". No podía expresarse de mejor manera la modernidad de Friedrich, en qué grado abandonó las normas del paisaje clásico y abrió nuevos caminos a pintores contemporáneos como Max Ernst y Magritte. El paisaje que Friedrich tenía en mente no era un paisaje específico; todo lo real queda reducido al mínimo. Tres colores, el gris amarillento del cielo, el azul violeta de las montañas, el marrón verdoso de los prados, y dos líneas bastan para definir toda la infinitud. Compositivamente, esas "dos líneas" dividen la obra en tres franjas horizontales; sin embargo, la línea que delimita los prados asciende ligeramente, al contrario que la suave cadencia de las montañas. Este es el "secreto estructural" de la obra. La clave para entenderlo la da la línea amarilla, en la base de las motañas, que delimita un campo de trigo, y forma un ángulo muy agudo con la base. A su vez, cada una de las partes se divide en varias zonas horizontales.

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