Nancy
Estanislao Lesczynski, duque de Lorena y suegro de Luis XV , decide, siguiendo la tradición francesa, construir una plaza (place royale) dedicada a su yerno, cuya escultura se elevaría en el centro. Aprovecha Emmanuel Héré , el arquitecto de la ciudad, para emprender una importante reforma que soluciona felizmente el enlace del centro antiguo amurallado con la ciudad surgida a partir de la segunda mitad del siglo XVI. La nueva Plaza Real (hoy Stanislas) se abre a la ciudad vieja gracias a la alargada plaza de la Carrière, casi un pasillo de Norte a Sur, pero también su planta cuadrada permite el eje perpendicular Eeste-Oeste que facilita la anexión con el resto de la villa.