Muchacho con cerezas

Datos principales


Autor

Édouard Manet

Fecha

1859

Estilo

Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

65 x 55 cm.

Museo

Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa

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Las frecuentes visitas de Manet al Museo del Louvre, recomendadas por su maestro Couture, para copiar a los maestros antiguos, motivaron su admiración por la pintura del Barroco, especialmente el español y el holandés. En esta bella estampa toma como referencia las escenas del costumbrismo barroco holandés e incluso las primeras obras de Caravagggio. El joven se apoya en un muro de piedra - sobre el que Manet ha grabado su nombre a modo de firma - y sujeta entre sus manos un montón de cerezas, algunas de las cuales se caen hacia el suelo, dando la impresión de que se pueden coger. De esta manera pone en contacto a quien contempla la escena con la imagen en sí, recurso muy habitual en la pintura barroca. Manet empleó como modelo a un joven de familia pobre llamado Alexandre, que solía ayudarle en el estudio. Un día, cuando contaba con quince años, se suicidó, ahorcándose en el taller del artista, que descubrió la macabra escena. Baudelaire llegó a escribir un poema sobre lo acontecido en el taller de Manet. En el estudio de Couture, Manet aprendió una sólida base de dibujo que será una pauta en común a toda su obra. En estas primeras escenas se entusiasme con el abocetamiento, aunque hay muestras claras de dibujismo en las manos y en el sonriente rostro del muchacho. Los tonos oscuros son típicos de estas primeras obras de Manet, recogiendo su interés por el Siglo de Oro español. El recuerdo de Rembrandt y Frans Hals también está presente en esta imagen, que parece sacada de una estampa del XVII.

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