Monasterio mandado construir por Felipe II en conmemoración por la victoria conseguida en San Quintín, el día de San Lorenzo del año 1557. En su construcción intervinieron los arquitectos Juan Bautista de Toledo, autor de la mayor parte del trazado, Juan Bautista Castelló y Juan de Herrera, que fue quien difundió mediante grabados la imagen del nuevo palacio-monasterio.