Martirio de San Livinio
Datos principales
Autor
Fecha
1635 h.
Estilo
Material
Museo
Contenidos relacionados
Si en la última década de su vida Rubens deseaba "llevar una vida tranquila junto a mi mujer y mis hijos y no desear otra cosa en el mundo más que vivir en paz", sus pinturas religiosas se cargan de violencia y crueldad, interesándose especialmente por los martirios, como podemos observar en este gran lienzo pintado para la iglesia de los Jesuitas en Gante. Livinio, misionero escocés del siglo VII que predicaba en Flandes sufrió un cruel castigo por parte de sus verdugos, ya que le arrancaron la lengua y se la echaron a los perros, tal y como podemos comprobar en la composición. En pocas ocasiones Rubens se muestra con tanta crueldad como en esta escena. El santo arrodillado recibe el martirio de los sayones que se arremolinan a su alrededor en escorzadas posturas mientras en la zona superior de la composición encontramos un rompimiento de Gloria con dos ángeles justicieros, acompañados de dos querubines que portan la palma del martirio y la corona de laurel como símbolo de victoria. La visión celestial es contemplada por los verdugos de segundo plano, destacando el caballo blanco encabritado y los gestos de sorpresa y terror de los soldados. En la zona de la derecha encontramos uno de los verdugos que intenta huir para evitar el castigo divino. La influencia de Tiziano se aprecia en la estructura del conjunto -tomado del Martirio de San Pedro Mártir - pero el maestro flamenco aumenta la violencia y el dramatismo de la escena a través del movimiento de las figuras y la brillante iluminación empleada, sin dejar de interesarse por los gestos y las expresiones de las diferentes figuras, cargadas de fuerza. Las diagonales estructuran la escena para reforzar el frenético movimiento que caracteriza la escena. El resultado es una obra cargada de barroquismo que convierten a Rubens en el máximo representante de este movimiento.