La Escuera. Calle
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Los pavimentos de los poblados ibéricos solían ser de simple tierra batida y apisonada, aunque puede darse también más complicación, en forma de pavimentos de cal, empedrados, enlosados y adobes. Los pavimentos de cal son, después de los de arcilla, los más frecuentes, e incluso en algunos casos es difícil distinguir unos de otros ya que se trata de una arcilla con mezcla de cal, pero puede darse el caso de que se trate de un verdadero pavimento de cal, con un grosor de varios centímetros, cuya consistencia recuerda a la del propio opus signinun romano. Menos frecuentes son los empedrados, que pueden ser de dos tipos: verdaderos empedrados, esto es, capas de piedras, por regla general de pequeño o mediano tamaño, sin conformar estructura concreta alguna, y lo que algunos autores han denominado mosaicos, estos es, guijarros de colores que conforman motivos decorativos diversos y que suelen encontrarse alrededor de tumbas o edificios importantes, que posiblemente haya que relacionar con edificios públicos o templos.