Kalathos celtibérico de Azaila
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Si este vaso celtibérico guardó los restos óseos quemados del difunto, que no se han conservado, debió ser una urna cineraria cuya decoración, podemos suponer, aludiría a su función funeraria y, más concretamente, a las creencias colectivas sobre el más allá. Así se interpreta que la representación del difunto por medio de la repetición de su cabeza muestra la creencia de que en ella reside la esencia de la persona, su espíritu, y las figuras de las aves, animales psicopompos, servirían para proteger y conducir al espíritu del difunto a la otra vida. Esta representación del tránsito a la otra vida por medio de animales alados era, en cambio, una realidad para los guerreros muertos en combate a los que se les exponía para que las aves llevasen sus restos al ámbito celeste, como nos relatan Silio Itálico y Eliano. Las aves como símbolo de la fuerza vital flanquean y protegen el árbol de la vida en uno de los kalathos de Azaila (Teruel).