Iglesia de Saint-Bénigne (Dijon). Rotonda

Datos principales


Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Fecha

Siglo XI

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Guillermo de Volpiano llega a Dijon, en el 990, dispuesto a restablecer la observancia benedictina en el antiguo monasterio de San Benigno de Dijon. A partir del 1000, comienzan las obras de un templo nuevo; ya, en 1016, se consagraba. Dos años más tarde, la parte oriental del templo, la rotonda, fue dedicada a la Virgen María. Después de varias remodelaciones medievales, la iglesia fue, prácticamente, demolida en 1792. En la actualidad, no subsiste más que el piso inferior de la rotonda y los anexos orientales de la misma. La iglesia era un edificio complejo sobre el que los especialistas tienen grandes dudas sobre su forma original. Se piensa que era un templo de tres naves, un transepto continuo, un contraábside y una cripta oriental dividida en tres pisos. Toda la parte oriental del conjunto adquiría un gran desarrollo en función de una cabecera de tipo monástico, sobreelevada por encima de una gran cripta que ocupaba toda la superficie del presbiterio. La rotonda se componía de tres plantas circulares, abriéndose a un ámbito nuclear central que iría cupulado. Se ha especulado sobre el significado de esta estructura, señalándose precedentes formales en el Santo Sepulcro y en el Panteón de Roma, lo que resulta posible desde el punto de vista formal e ideológico, entendiendo esto como algo empírico más que en su realidad material. Si todo lo dicho, salvo el desarrollo del presbiterio, incluidas las numerosas torres que describen los cronistas, corresponde a la inercia carolingia, el sentido decorativo monumental debe adscribirse a la renovación románica. La modernidad del edificio se manifiesta en el tratamiento del paramento mural y en el empleo de capiteles con figuraciones animadas. Por viejos grabados, sabemos que estaba totalmente decorado con bandas lombardas, vanos de arcuaciones dobladas y motivos en resalte que dotaban a los muros de una acusada plasticidad. Los capiteles de máscaras y monstruos, lo único realmente conservado, pues todo lo demás es meramente hipotético, muestran los esfuerzos de los escultores por adaptar la imagen de animales y hombres al esquema de un capitel.

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