Estatuillas de pequeño tamaño de piedra, barro, terracota y bronce son habituales exvotos en los santuarios ibéricos. La variedad de estos exvotos es extraordinaria, desde piezas de buen arte, que resumen a escala reducida los modelos de la escultura mayor, a piezas muy sencillas o muy toscas, a veces una simple lámina más o menos alargada, con una sumaria indicación de la cabeza y las extremidades.
hallada en el poblado de la Bastida de les Alcuses (Mogente, Valencia) destaca por la expresividad que se concentra en la descomunal cimera del casco, un estupendo contrapunto en miniatura a los que lucían los guerreros de Porcuna
Las esculturas de Porcuna
En Porcuna (Jaén) se ha hallado el más importante conjunto escultórico de la cultura ibérica. En una fecha muy poco posterior al año 400 a. C., se procedió a enterrar allí un gran número de estatuas, que habían sido intencionadamente destruidas. Son en general figuras menores que el natural, que representan guerreros, personajes de ambos sexos con trajes ceremoniales, un individuo que lucha con un grifo, una divinidad, animales diversos y también composiciones en altorrelieve.