Grito de Libertad
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El mundo de los niños -los temas- y su manera de pintar -libre, sin prejuicios, directa y primitiva, sin sujetar a ningún tipo de reglas-, están presentes en este cuadro de Karel Appel. El monigote se reduce a los rasgos esenciales: un cuerpo sumario y una gran cabeza como los muñecones característicos del dibujo infantil. La pintura de colores brillantes se aplica a grandes trazos sin respetar los contornos. Los personajes de Appel sugieren una armonía universal desaparecida y añorada, que quizá sólo es posible en el arte.