Galatea de las esferas
Datos principales
Autor
Fecha
1952
Material
Dimensiones
65 x 54 cm.
Museo
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Sus indagaciones acerca de la anti-materia determinan un gran número de obras de los primeros años 50. Como él mismo cuenta, fue durante una convalecencia en el hospital cuando tuvo el tiempo, y la oportunidad de leer algunos estudios sobre física nuclear, que por supuesto le interesaron de inmediato: "Si los físicos producen anti-materia, que se permita a los pintores, que son ya especialistas de los ángeles, pintar esa anti-materia... En la época surrealista yo quería crear la iconografía del mundo interior... hoy, el mundo exterior -el de la física- ha trascendido a la psicología". Como él mismo reconocía, si su guía en los años 30 había sido Sigmund Freud, en los años 50 sería el doctor Werner Heisenberg, uno de los mayores especialistas del mundo en física nuclear. Pero además esta conversión a los últimos avances de la ciencia se combinan de forma sorprendente en el arte de Dalí mediante un proceso de revisión de la historia de la pintura. Una vez más, se trata de hallar lo clásico, lo eterno, en los pintores más importantes del pasado. Como una constante en su carrera, Rafael Sanzio (1483-1520) aparece de nuevo en el horizonte artístico de Salvador Dalí. Si el pintor italiano había ofrecido una imagen ideal, perfecta, de su época, el Alto Renacimiento, Dalí se encargaría de idéntica misión con la edad contemporánea, se convertiría en el adalid de ese nueva era dominada por lo clásico. Sobre la inmensa imagen de Gala, un universo de esferas (forma geométrica que se vinculaba a la morfología del átomo) recompone-destruye la imagen. Aplicando la más estricta perspectiva clásica se ofrece un mecanismo de ocultación-revelación de la naturaleza a los ojos del artista, quien más tarde lo ofrece al espectador.