Estudio de cabeza para Santa Ana
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El espectador que haya seguido la obra de Leonardo reconocerá este rostro eterno en su pintura. El mismo modelo que Leonardo emplea para esta Santa Ana será el mismo para su hija, la Virgen María. Es el rostro de la mujer ideal, pura, eterna, que se repite en una generación y en la siguiente como el Amor platónico que no conoce el paso del tiempo y por ello mismo es perfecto.