Estela celta mostrando a un guerrero procedente de Clunia
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Las estelas recuperadas en el valle medio del Ebro y en la provincia de Burgos fueron realizadas en época tardía, puesto que algunas de ellas llevan ya epígrafes latinos; sin embargo, a pesar de dicha circunstancia cronológica, se pueden calificar como obras propias de la iconografía y estética celtibéricas , que por supuesto perduran más allá del primer impacto romanizador en las tierras del interior. Habitualmente son lajas de piedra con remate circular, si bien contamos con algunos ejemplares rectangulares, donde el artesano ha realizado un pequeño relieve plano, de rasgos siempre muy toscos, sin noción clara de espacio y de proporciones, y donde la frontalidad y la simetría juegan un papel indispensable en su composición.Aunque no faltan diversos motivos geométricos, a veces símbolos astrales, son las representaciones figuradas las que merecen nuestra atención, al desarrollarse en ellas temas de animales (caballos, bóvidos...), de jinetes lanceros, e incluso de soldados muertos o heridos. La interpretación habría que llevarla a la esfera de los rituales funerarios propios de los celtíberos, en los cuales la heroización ecuestre y del individuo juegan un papel importante. En todas las figuras humanas se sigue el mismo procedimiento, disponiendo su cabeza y extremidades de perfil, y el cuerpo de frente; un recurso compositivo que aunque ha sido calificado de primitivista, deja entrever la singularidad artística entre los grupos celtibéricos.