Escarnio de Jesucristo

Fra Angelico construyó una auténtica caja espacial muy sumaria para la representación del Escarnio de Cristo. Tomando como modelo el fresco

Escarnio de Cristo

Pintura al fresco que decora la estancia número 7 del convento de San Marcos de Florencia, pintado por Fra Angelico hacia 1441, donde destaca la fría iluminación de la escena y la representación alegórica e irreal de los elementos del Escarnio de Cristo.

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, en unos anterior, de la celda 7 del convento de San Marcos de Florencia

San Pedro Mártir exhorta al silencio

Fresco pintado por Fra Angelico hacia 1441situado en la sobrepuerta que une el claustro con la iglesia del convento de San Marcos de Florencia, con la representación de San Pedro Mártir exhortando al silencio a los fieles que entran en la iglesia.

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, ha materializado los elementos que escarnecen a Jesús con los cuerpos de unos personajes que se recortan perfectamente sobre las paredes de color unitario donde transcurren los hechos. Si en aquél la fuerza expresiva estaba determinada por los colores chirriantes y los símbolos representados, en el del Armario de la plata

Armario de la plata

Paneles decorativos de un relicario destinado a la iglesia de la Santíssima Annunziata, en Florencia. Las escenas reproducen los episodios más importantes de la vida de Cristo. Para su última obra, Fra Angelico contó con la ayuda de sus colaboradores, no sabiendo exactamente qué paneles corresponden a la mano del fraile pintor.

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, los rasgos narrativos de los protagonistas no hacen perder credibilidad a la escena. La iconografía de Cristo es la misma que en san Marcos, aunque el trono del Redentor se sitúa ahora más retrasado, casi al final del espacio en profundidad que ha creado Fra Angelico. Los planos delanteros han sido llenados en sus extremos por unos verdugos que conversan y el saludo burlón de uno de ellos, a la derecha, y la puerta horadada a la izquierda, sobre la que se sitúa una mujer desconocida, que mira hacia el foco argumental de la obra. El espacio del Cristo escarnecido se mantiene libre de obstáculos, con lo que la visión se dirige directamente al motivo central. Fra Angelico ha configurado un lugar creíble, un contexto espacial para servir de marco al episodio representado, cosa que viene amplificada por el colorido de la obra, que integra en cierto modo a los personajes y no confiere un carácter irreal a la representación, como en el fresco de San Marcos.