El príncipe Baltasar Carlos en el picadero

Datos principales


Autor

Diego Rodríguez de Silva Velázquez

Fecha

1636-37

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

144 x 96´5 cm.

Museo

Colección Particular

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Algunos especialistas consideran esta imagen como un anticipo de Las Meninas al tratarse de un retrato colectivo en el que vemos a varios personajes de la corte madrileña. La escena tiene lugar en el exterior del madrileño Palacio del Buen Retiro, en una de cuyas ventanas podemos contemplar a Felipe IV junto a su esposa Isabel de Borbón. Bajo esa ventana aparece el Conde-Duque de Olivares que era el maestro de equitación del príncipe Baltasar Carlos. Junto a Olivares se situa Alonso Martínez de Espinar, criado del príncipe, que entrega la lanza al valido. A su lado está Juan Mateos, maestro de caza. En primer plano se nos presenta la figura de Baltasar Carlos, montado en un pequeño caballo adecuado a su estatura ya que el príncipe tenía unos 8 años cuando fue pintada la escena. Viste banda carmesí y bastón de mando de general , sujetando las riendas de su montura en un inequívoco símbolo de autoridad. El pequeño mira hacia el espectador de manera penetrante, sabiéndose protagonista de la composicón. Tras él vemos a un enano, pudiendo tratarse de Francisco Lezcano.La organización de la obra se realiza a través de una diagonal barroca que tiene una dirección de dentro hacia afuera. El efecto de profundidad también se acentua gracias a diferentes planos paralelos que se alejan hacia el interior, cerrándose con la magnífica vista de la sierra del Guadarrama que aparece al fondo. La luz parece tomada directamente del natural por la sensación invernal que se obtiene, anticipándose al Impresionismo en 350 años si ésto fuera cierto.Algunos especialistas han criticado la amplitud del vientre y el pecho del caballo, explicada por los habituales cruces entre los equinos flamencos y andaluces para obtener ejemplares ligeros pero vigorosos y fuertes. La "transparencia" de las piernas del Conde-Duque también ha sido crítica habitual, posiblemente justificada por la péridda de óleo a lo largo del tiempo.

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