El milagro de San Francisco Javier
Datos principales
Alias
San Francisco Javier devolviendo a la vida a la hija de un habitante de Cangoxim
Autor
Fecha
1641
Estilo
Material
Dimensiones
444 x234 cm
Museo
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Durante su estancia en París, escasamente motivado, además de los bocetos para la Gran Galería del Louvre , realizó Poussin una serie de lienzos para nobles cortesanos o iglesias de la capital En 1641 recibía el encargo de Sublet de Noyers, Superintendente de las Reales Fábricas de Luis XIII, el encargo de pintar un gran cuadro para la decoración del altar mayor del Noviciado de los Jesuitas. Es, en efecto, la mayor obra de las realizadas por Poussin. Este "San Francisco Javier devolviendo a la vida a la hija de un habitante de Cangoxima (Kagoshima), en el Japón", como se le conoce por el tema, debía ayudar a la iglesia del Noviciado, creada en 1630, a competir con los jesuitas de Roma. Junto a Poussin, recibieron sendos encargos Stella y Vouet . El tema es el que corresponde a su título. Frente al santo, el hermano Juan Fernández, sobrecogido por el milagro, cae de rodillas y eleva su rostro al cielo. Cada miembro de la familia muestra un sentimiento diferente: dolor, agradecimiento, sorpresa... Esta obra, sin embargo, recibió durísimas críticas de los partidarios de Vouet, el cual veía en la competencia del pintor normando un riesgo a su poderosa preeminencia en el panorama artístico de la corte. Se le acusó de realizar un Cristo demasiado parecido a un Júpiter pagano. Aunque se defendió con bravura, Poussin solicitó permiso para volver a Roma, harto de la mezquindad de las envidias. Sin embargo, la obra tuvo un gran éxito. Al hilo de la "Transfiguración" de Rafael , Poussin había creado una obra de excepcional colorido y una evidente coherencia expresiva.