El enigma de Hitler
Datos principales
Autor
Fecha
1939 h.
Material
Dimensiones
51´2 x 79´3 cm.
Museo
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Para Dalí las imágenes o los argumentos de importantes magnatarios políticos como Lenin o hasta el propio Hitler constituía un gran repertorio al que acudir. En concreto, el personaje de Hitler le obsesionó hasta tal punto que pidió a los surrealistas una sesión extraordinaria para discutir sobre "la mística hitleriana desde un punto de vista de lo irracional nietzscheano y anticatólico", intervención que provocó la exclusión temporal de Dalí respecto al grupo, aunque siguió colaborando con ellos. Con estas palabras Dalí afirmaba su especial interés por éste: "Yo estaba fascinado por la espalda blanda y rolliza de Hitler, siempre tan bien fajada dentro de su uniforme. Cada vez que empezaba a pintar la correa de cuero que, partiendo de su cintura, pasaba al hombro opuesto, la blandura de aquella carne hitleriana, comprimida bajo la guerrera militar, suscitaba en mí tal estado de éxtasis gustativo, lechoso, nutritivo y wagneriano que hacía palpitar violentamente mi corazón, emoción tan rara en mí que ni siquiera me ocurría haciendo el amor... Además yo consideraba a Hitler como un masoquista integral, poseído por la idea fija de desencadenar una guerra para perderla luego heroicamente". Poco después llega el verdadero periodo de conflicto internacional, en el que Dalí muestra la angustia de muchos países europeos ante el avance de Hitler. El teléfono cuyo auricular e hilo están rotos se suspende sobre una débil rama de olivo recién podado que no muerta simbolizando la premonición de la Guerra . Sobre el plato una pequeña fotografía de Hitler y sobre la rama, un paraguas que cuelga representa al político inglés Chamberlain y sus intentos de negociación con Hitler. Es también un homenaje al teléfono como instrumento imprescindible durante el periodo de entreguerras, sobre todo entre los años 1937 y 1939, por su vinculación a las numerosas llamadas telefónicas en busca de la paz.