Desposorios de la Virgen
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La Virgen María y san José toman sus manos ante la atenta mirada del Sacerdote y de las mujeres que acompañan el evento. La escena se desarrolla en un templo clásico, con gradas, columnas y arcos de medio punto, tal y como eran los templos renacentistas que Goya había contemplado en su reciente viaje a Italia. Gruesos cortinajes encuadran a los principales protagonistas, mientras que varias figuras se distribuyen por el espacio, creando un atractivo efecto de perspectiva. Las monumentales figuras están inspiradas en el Neoclasicismo al igual que la utilización de los tonos azules, rojos y amarillos. Hay que resaltar el efecto ambiental que crea el joven pintor así como el anecdotismo al situar a dos niños en las gradas. La pincelada es bastante rápida, sin interesarse por los detalles, resultando una serie de gran atractivo.