Descanso en la huida a Egipto

Datos principales


Autor

Philipp Otto Runge

Fecha

1805-6

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

96,5 x 129,5 cm.

Museo

Hamburger Kunsthalle

Contenidos relacionados


Runge realizó esta obra dos años antes de que Friedrich concluyera su Altar de Tetschen. Ambas suponen un punto clave en la renovación del arte religioso, aunque en diferente medida: si Runge limita los aspectos puramente románticos al tratamiento del color, según su propia teoría, Friedrich romperá con los temas y la iconografía tradicional en todos sus aspectos, otorgando la primacía al propio paisaje. Runge ejecutó esta obra para la Marienkirche de Greifswald, la ciudad natal de Friedrich. El tema es tradicional y procede del Evangelio de San Mateo: recién nacido Jesús, un ángel advierte a su padre José que el rey Herodes busca al niño para matarlo; por ello, deben huir a Egipto y esperar allí a la muerte del tirano. De este modo, José y la Virgen María se dirigen con Jesús a Egipto para escapar al terrible propósito de Herodes. El asunto había sido tratado con profusión desde el Renacimiento. Compositivamente, Runge se basa en este tratamiento tradicional. Cristo niño es el centro focal, así como el eje de toda la simbología. Las figuras mantienen su importancia habitual, e incluso sus gestos y disposición se acercan a un cierto Manierismo. Sin embargo, el valor de la luz y el color, así como el contenido simbólico, son típicamente románticos. Runge, en su tratado "La esfera de los colores", de 1810, distinguió en las gradaciones cromáticas los colore transparentes de los opacos; esta cualidad viene determinada por su tendencia a la luz o la oscuridad. Aprovechó esta distinción para reforzar el contenido poético empleando colores "opacos" para las figuras en primer término y colores "transparentes" para el fondo paisajístico. De este modo, la naturaleza se ve iluminada por un nuevo amanecer, asociado al nacimiento de Cristo Salvador. Por su parte, la alegoría del renacimiento de la Humanidad se completa con el mágico florecimiento del árbol, sobre el que aparecen dos ángeles. De esta manera, Runge se aproxima a Friedrich en dos conceptos: la composición dualista y la asimilación alegórica de los ciclos de la Naturaleza (día-noche, por ejemplo) con la presencia de Dios en su Creación y los estados espiritual y vital.

Compartir