Daoiz y Velarde
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En 1822 el escultor Solá expuso en Roma -ciudad en la que residió casi toda su vida- el grupo en yeso de Daoíz y Velarde. La obra, muy celebrada, aparece animada por un lado con el espíritu antinapoleónico que aún existía en Europa y por otro, con el deseo íntimo del artista en emular al grupo de la Defensa de Zaragoza de Alvarez Cubero . Frente al helenismo en uso patente en otras de sus obras, el escultor nos muestra aquí a los héroes revestidos de un cierto aire romántico, tanto por su indumentaria, como por el populismo que su leyenda encerraba. Un denotado realismo en rostros y actitudes ayuda adecuadamente a resaltar esta intención renovadora del artista