Cueva de Gargas. Manos negativas mutiladas en negro y rojo

El abate Breuil será uno de los prehistoriadores más importantes, considerándose sus aportaciones cruciales para el conocimiento del arte primitivo. La encendida defensa de sus tesis en un congreso en 1902 sirvió para convencer a un buen número de escépticos. En 1902 visitó y estudió profundamente Altamira.

Las fases que se suceden durante el Paleolítico superior son las siguientes: en primer lugar el complejo grupo del Perigordiense (Chatelperroniense y Gravetiense) y el Auriñaciense (hacia 38/35.000 a 19.000) seguido del Solutrense (hacia 18.000 a 15.000) y el Magdaleniense (hacia el 15.000 a 9.000). Cada uno de estos períodos se subdivide en varias etapas. Nos encontramos ante una población de cazadores, en estrecha dependencia, casi exclusiva, de la alimentación salvajina. El arte del Paleolítico superior nos asegura que durante muchos milenios existieron unas agrupaciones humanas organizadas, consistentes y con una enorme capacidad de transmisión.

En la región pirenaica se pueden considerar dos grupos mayores -el del Ariége y comarcas cercanas y el del País Vasco francés- y dos grupos menores -el de su zona oriental y el de Huesca, en España-.

Las manos pueden ser negativas (siluetas con un halo) o positivas (impresión directa de la mano impregnada de color), siendo las primeras mucho más numerosas que las segundas.

En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, con el desarrollo de la etnografía, la sociología y la historia de las religiones, se buscaron diversas interpretaciones vinculadas a las obras de arte paleolíticas.