Crucifixión
Datos principales
Autor
Fecha
1441-42
Escuela
Estilo
Material
Dimensiones
550 x 950 cm.
Museo
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La sala capitular del convento de San Marcos era el lugar donde se reunían a diario los frailes dominicos, con lo que la figuración de la Crucifixión parece el motivo más convincente para la contemplación y educación en las Santas Escrituras de todos los habitantes del convento. La monumental representación se situaba en la pared del fondo de la sala, bajo la bóveda esquifada, con lo que era lo primero que se veía al entrar. El episodio tiene un marcado carácter narrativo y una gran cantidad de personajes, poco habitual en los frescos de Fra Angelico para San Marcos. Se presentan santos de todos los tiempos, para vincular a los frailes de todas las congregaciones en la adoración y compasión del Cristo crucificado. Centra la composición la anatomía de Jesús en la cruz, flanqueado por los otros dos ejes verticales con las figuras de los ladrones. A partir de aquí, los personajes se distribuyen en la línea horizontal de la composición. El grupo de la izquierda lo componen San Cosme, San Damián, San Lorenzo, San Marcos y San Juan Bautista. Llama la atención de este núcleo, la expresión de angustia de uno de los santos médicos, en el extremo, la mirada de San Marcos hacia el exterior de la pintura que, sentado, señala su Evangelio, y la actitud del Bautista, que hace de nexo de unión con el grupo siguiente, el de las santas mujeres que asisten a María, al cual señala. En el lado derecho se presentan, arrodillados, a Santo Domingo, San Jerónimo, San Francisco de Asís, San Bernardo de Claraval, San Juan Gualberto y San Pedro Mártir.
Como apéndices verticales creando espacio, detrás de éstos y de pie, San Ambrosio, San Agustín, San Benito, San Romualdo y Santo Tomás de Aquino. La escena presenta una luz potente pero armoniosa, al igual que los colores, que todos responden a una misma gama muy suave. Las figuras se muestras separadas, recogidas, sin apenas relación entre ellas. Pero cada una expresa en soledad el tema fundamental de la obra: la compasión ante el Cristo muerto. Decorando los límites de la escenas, en la faja del arco, figuran sibilas y profetas con filacterias que explican el significado teológico de lo representado, mientras que en la base de la pintura, una línea de medallones presenta a santos dominicos en diferentes actitudes. El fresco es un auténtico catálogo ejemplificador utilizado por Fra Angelico para remover la conciencia del espectador y exhortarlo hacia la reflexión de la vida contemplativa.
Como apéndices verticales creando espacio, detrás de éstos y de pie, San Ambrosio, San Agustín, San Benito, San Romualdo y Santo Tomás de Aquino. La escena presenta una luz potente pero armoniosa, al igual que los colores, que todos responden a una misma gama muy suave. Las figuras se muestras separadas, recogidas, sin apenas relación entre ellas. Pero cada una expresa en soledad el tema fundamental de la obra: la compasión ante el Cristo muerto. Decorando los límites de la escenas, en la faja del arco, figuran sibilas y profetas con filacterias que explican el significado teológico de lo representado, mientras que en la base de la pintura, una línea de medallones presenta a santos dominicos en diferentes actitudes. El fresco es un auténtico catálogo ejemplificador utilizado por Fra Angelico para remover la conciencia del espectador y exhortarlo hacia la reflexión de la vida contemplativa.