Cristo escarnecido por tres soldados

Datos principales


Autor

Édouard Manet

Fecha

1864

Estilo

Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

190´3 x 148´3 cm.

Museo

Chicago Art Institute

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Como complemento de la Olimpia, y con idea de suavizar su provocación, Manet envió esta escena al Salón de 1864, resultando un nuevo fracaso tanto por parte de la crítica como del público. La intención de agradar se aprecia en las fuentes empleadas por el artista para realizar el cuadro. Se notan ecos de Van Dyck y Tiziano, incluso se habla de Velázquez en las figuras de los soldados de la izquierda. Con estas fuentes demuestra su apego al arte clásico, especialmente al Barroco, del que donde tomará buena nota. Las cuatro figuras se recortan sobre un fondo negro, acentuando así el volumen de ellas. Como modelo para Cristo posó un herrero amigo del pintor llamado Janvier. Con este detalle unía modernidad y tradición, como ya había hecho con Desayuno en la hierba o la propia Olimpia. Los atuendos de los soldados y de Cristo acentúan esta idea. Un fuerte foco de luz frontal ilumina la composición, sin apenas crear sombras, característica inspirada en la estampa japonesa que tan de moda estará en el Impresionismo. Los personajes están perfectamente dibujados, como le había inculcado su maestro, Couture. Bien es cierto que la realización de desnudos, como en este caso, se trataría de la máxima representación del academicismo. Por lo tanto, se puede decir que Manet forma parte de la vanguardia artística pero con muchas raíces en el pasado. Respecto al colorido empleado continúa el abuso de negros, especialmente en el fondo. Recordemos que el color negro era casi repudiado por los pintores académicos, lo que le valió a Manet el rechazo de los tradicionalistas y el aplauso de los jóvenes innovadores. Su habitual contraste entre claros y oscuros también está presente en esta obra, eliminando las tonalidades intermedias para acentuar dicho contraste. Esto era una novedad que causó verdadero furor entre los nuevos artistas, que le consideraron su maestro. Pero el realismo con que trata la escena le sitúa en mayor medida en la órbita de Courbet y le alejan de las nuevas tendencias con las que nunca se sentirá identificado.

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