Conversión de Recaredo

Datos principales


Autor

Antonio Muñoz Degrain

Fecha

1887

Escuela

Hispania Visigoda

Estilo

Alta Edad Media

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

350 x 550 cm

Museo

Palacio del Senado de España

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El Senado quería decorar su Salón de Conferencias con cuatro lienzos alusivos a momentos culminantes de la historia de España. Muñoz Degrain fue uno de los elegidos, saliendo de sus pinceles La conversión de Recaredo, momento elegido por la Cámara Alta por narrar la conversión del reino a la doctrina católica, decisión que habría de marcar decisivamente la historia y la cultura españolas. El hecho pintado por Degrain tuvo lugar entre enero y febrero del año 587, durante el reinado del monarca visigodo Recaredo. El rey, junto a su esposa Badda y en presencia de san Leandro, obispo de Sevilla, coronado por el nimbo de su santidad, abdicó públicamente del arrianismo, religión oficial hasta el momento. El monarca aparece vestido con una túnica de raso de color rojo y coronado con una diadema rematada con una cruz, colocando su mano derecha sobre un libro que sostiene un eclesiástico arrodillado, abjurando con su gesto de la doctrina de Arrio al tiempo que acepta el catolicismo elevando su mirada al cielo, al igual que su esposa Badda quien también acata el juramento. La escede tiene lugar sobre un reluciente pedestal tras el que encontramos una pantalla con un relieve de Dios Padre, crismones trinitarios y los sitiales regios. Junto al arzobispo hay otro pedestal delante del cual se halla un tapiz bordado. El fondo se cierra con un gran cortinaje y una tribuna, simulando encontrarnos en el interior de una iglesia ocupada por hombrees y mujeres expectantes ante el suceso.

El pintor ha empleado todos los elementos que tiene a su alcance para dar verosimilitud al episodio: ha colocado la corona votiva de Recesvinto en la izquierda, ha empleado diversas referencias bizantinas, ha estudiado los mosaicos de San Vitalle de Ravena,... documentándose en cualquiera de las referencias históricas empleadas. Las figuras son de mayor tamaño que el natural, modelando sus trajes con una materia pictórica ancha y pastosa, de estridentes reflejos de clara influencia veneciana, mostrando su habilidad especial en los brillos metálicos de los adornos. Otro elementos interesante de la composición lo encontramos en los atrevidos efectos de luz y en el sentido del color utilizado, contrastando entre el fondo y el primer plano, así como los cortinajes recortados a contraluz ente la claridad de la nave del templo. También destaca el contraste entre las trabajadas figuras principales frente al abocetamiento de los personajes en penumbra, resaltando también el realismo de la mayoría de los retratos que contrasta con la anodina expresión de la reina, cuyo traje parece una mezcla "entre la emperatriz Teodora y el traje regional valenciano" según Reyero. La comisión de gobierno del Senado entregó al pintor 30.000 pesetas por la tela.

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