Catedral de Brasilia
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La catedral del Estado de Brasil quedaría emplazada en un lugar apartado, excluida de los ejes principales que ordenan la ciudad, reforzando así su monumentalidad. Su estructura está cerrada por una corona de 16 pilastras que le aportan un aspecto de flor en el momento de abrirse -también se compara esta estructura con la mano de un sacerdote en el momento de la consagración o, incluso, con una piña-, pilastras cerradas por láminas de vidrio de color. La única nave, de planta circular, está hundida y tiene 70 metros de diámetro, alcanzándose los 40 metros de altura. El acceso al templo se flanquea por cuatro gigantescas estatuas de los Evangelistas. El interior se llena de luces, sombras y colores, lo que hace del simple y esquemático espacio un lugar cargado de espiritualidad y de simbolismo, características que definen los edificios diseñados por Niemeyer en Brasilia.