Caspar David Friedrich en su estudio
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Dimensiones
54 x 42 cm.
Museo
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Kersting, quien había estudiado en Copenhague entre 1805 y 1808 con los mismos profesores que Friedrich, se estableció en Dresde en ese último año. Allí, dado que era paisano del maestro y compartían buena parte de sus ideas, trabó una duradera amistad con Friedrich, la cual se sostuvo durante décadas, a pesar de ser Kersting nombrado director de la división de pintura de la fábrica de porcelana en Meissen en 1818. Realizó tres retratos de Friedrich, los tres representándolo en su estudio: éste de Hamburgo, uno similar de Berlín, y un tercero de 1819, conservado en Mannheim, que es copia del primero. El que nos ocupa es el primero de ellos. Ejecutado en 1811, fue enviado por Kersting a la exposición de la Academia de Dresde junto a otro retrato del pintor Gerhard von Kügelgen en su estudio. Tuvieron un gran éxito y Kersting recibió numerosas solicitudes de copias. Precisamente, en la obra del hijo de Kügelgen, Wilhelm, 'Recuerdos de juventud de un anciano' (1870), se encuentra una de las descripciones de Friedrich que mejor se acomodan a esta obra: "El estudio de Friedrich... estaba tan completamente vacío que Jean Paul podría haberlo comparado con el cuerpo amplificado de un príncipe muerto. No había nada allí, salvo su caballete, una silla y una mesa, sobre la que colgaba, como único adorno en la pared, una solitaria escuadra, aunque nadie podía imaginar por qué recibía tal honor. Incluso su caja de pinturas, entre todas las cosas, sin mencionar sus botes de aceite y pigmentos, habían sido relegados a la sala contigua, puesto que Friedrich estaba convencido e que todos los objetos externos tendían a perturbar la esencial serenidad del mundo en el cuadro.
Mi padre, moreno, afeitado pulcramente, estaba siempre vestido de forma correcta, mientras que el rubio Friedrich, con su barba de cosaco, gustaba trabajar con un amplio guardapolvo gris, que le hacía a uno preguntarse si llevaba alguna prenda debajo; y aquéllos que le conocían sabían que no la llevaba". Este es el ambiente reflejado por Kersting. Es el estudio del pintor en el barrio de Pirna, en la calle An der Elbe 26, presentado a modo de escenario, con la pared del fondo para lela al marco del cuadro. Más allá de la rigurosa estructuración geométrica de la sala, a través de la ventana, como en un cuadro dentro de otro cuadro, nubes blancas y un cielo azul. Éste es el único foco de luz; Friedrich había cerrado las demás ventanas, y había adaptado unos cierres a la parte inferior de la que aquí aparece, de forma que la luz procede directamente del cielo, desde arriba. Cuando, tras su matrimonio, Friedrich se desplace a su nueva residencia unas manzanas más allá, llevará consigo estos cierres, pues eran parte esencial de su método de trabajo, tal como podemos ver en Mujer en la ventana (6232). La habitación aparece desnuda, como una iglesia protestante libre de imágenes; el único detalle permitido es la escupidera, que también aparece en los otros cuadros sobre su estudio. Friedrich, sentado, con la mano apoyada en el tiento, pinta un paisaje de montaña con cascada, quizá la pareja de Amanecer en el Riesengebirge (6197), hoy perdido.
Mi padre, moreno, afeitado pulcramente, estaba siempre vestido de forma correcta, mientras que el rubio Friedrich, con su barba de cosaco, gustaba trabajar con un amplio guardapolvo gris, que le hacía a uno preguntarse si llevaba alguna prenda debajo; y aquéllos que le conocían sabían que no la llevaba". Este es el ambiente reflejado por Kersting. Es el estudio del pintor en el barrio de Pirna, en la calle An der Elbe 26, presentado a modo de escenario, con la pared del fondo para lela al marco del cuadro. Más allá de la rigurosa estructuración geométrica de la sala, a través de la ventana, como en un cuadro dentro de otro cuadro, nubes blancas y un cielo azul. Éste es el único foco de luz; Friedrich había cerrado las demás ventanas, y había adaptado unos cierres a la parte inferior de la que aquí aparece, de forma que la luz procede directamente del cielo, desde arriba. Cuando, tras su matrimonio, Friedrich se desplace a su nueva residencia unas manzanas más allá, llevará consigo estos cierres, pues eran parte esencial de su método de trabajo, tal como podemos ver en Mujer en la ventana (6232). La habitación aparece desnuda, como una iglesia protestante libre de imágenes; el único detalle permitido es la escupidera, que también aparece en los otros cuadros sobre su estudio. Friedrich, sentado, con la mano apoyada en el tiento, pinta un paisaje de montaña con cascada, quizá la pareja de Amanecer en el Riesengebirge (6197), hoy perdido.