Casa Milá (Barcelona)
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Pere Milà se sintió impresionado por la casa Batlló , realizada por Gaudí entre 1904-06, por lo que decidió encargar al mismo arquitecto la realización de una gran casa de pisos de alquiler en un terreno de más de 1.000 metros cuadrados de su propiedad, ubicado también en el Paseo de Gracia, haciendo esquina con la calle Provenza. Gaudí diseñó una de sus obras emblemáticas, utilizando formas onduladas, como si de las dunas de la playa se tratara. En la Pedrera, como también se denomina al edificio, podemos encontrar los elementos más identificativos de la arquitectura de Gaudí, dotando a su edificio de un tratamiento escultórico. La estructura del edificio está basada en forjados de viguetas metálicas y bovedillas a la catalana, sostenidas por jacenas metálicas sobre pilares, bien de hierro o sillería. Las únicas paredes estructurales del edificio son las que encontramos en la escalera, pudiéndose modificar la distribución de los pisos al cambiar de lugar los tabiques, existiendo la posibilidad de eliminarlos. La ondulada fachada -aguantada gracias a unas jacenas onduladas empotradas en la piedra y unidas por viguetas de diferentes longitudes- se adorna con forjados de formas vegetales, en sintonía con la casa Batlló. Otro de los elementos más espectaculares del edificio lo encontramos en el tratamiento que reciben las chimeneas de la terraza, en las que el arquitecto aplica la técnica del trencadís que caracteriza buena parte de sus trabajos, especialmente el parque Güell .
En la actualidad, este edificio -propiedad de la entidad financiera Caixa Catalunya- está considerado bien cultural del patrimonio mundial por la UNESCO. Gaudí se encontró con bastantes problemas durante la construcción de esta obra. El Ayuntamiento de Barcelona ordenó la paralización de las obras dos años después de su inicio debido a que una columna que daba la paseo de Gracia excedía lo establecido. Los voladizos también causaron problemas, así como la altura total o el volumen de la edificación, obligando el Ayuntamiento a derribar el desván o en su defecto pagar una multa de 100.000 pesetas -una quinta parte de valor total del edificio-, pleito que finalizó al considerarse que el edificio era de gran valor artístico.
En la actualidad, este edificio -propiedad de la entidad financiera Caixa Catalunya- está considerado bien cultural del patrimonio mundial por la UNESCO. Gaudí se encontró con bastantes problemas durante la construcción de esta obra. El Ayuntamiento de Barcelona ordenó la paralización de las obras dos años después de su inicio debido a que una columna que daba la paseo de Gracia excedía lo establecido. Los voladizos también causaron problemas, así como la altura total o el volumen de la edificación, obligando el Ayuntamiento a derribar el desván o en su defecto pagar una multa de 100.000 pesetas -una quinta parte de valor total del edificio-, pleito que finalizó al considerarse que el edificio era de gran valor artístico.