Casa de Venus y Marte (Pompeya). Venus y Marte
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Aparte de los cuadros de caballete, que sin duda los hubo, la pintura figurativa, desplazada de los muros del primer estilo encontró refugio temporal en los pavimentos de mosaico. Los diminutos cubos empleados entonces, de alrededor de un centímetro de lado (opus tessellatum), permiten cubrir de alfombras de mármol con fondos neutros y motivos ornamentales polícromos, los pavimentos de salas y corredores. Pero junto a eso, se inventa una novedad: la composición de cuadros originales, y de copias de cuadros, con teselas de hasta un milímetro de lado que llegan a imitar la huella de las pinceladas de una pintura. Es el opus uermiculatum, que se presta a confeccionar emblemas in situ, pero también sobre placas de mármol o terracota que se pueden transportar e instalar en pavimentos previamente dispuestos a recibirlos. Vistos a cierta distancia, estos mosaicos parecen cuadros al óleo.