Caballos alados
Aunque ha quedado muy poco del carro que arrastraban los caballos, bastan éstos para captar no sólo el poderoso realismo de la obra, sino, sobre todo, la habilidad del escultor: éste consigue evocar, mediante el juego del sombreado y el claroscuro, la profundidad de la tercera dimensión en una placa que, en realidad, no pasa de ser un altorrelieve. Fueron hallados en el Ara de la Reina de Tarquinia.