Ayuntamiento (Amberes)
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En la década de los sesenta Amberes alcanza las máximas cotas de prosperidad y desarrollo y, como cabría esperar en el siglo XVI, en este momento, las razones de representatividad y prestigio están por encima de las funcionales y económicas, dominantes hasta ahora, sobre todo en la significación dada a determinados edificios en sí y cara al resto de la urbe. Este es el caso de las obras de Cornelis Floris de Vriendt, que en Amberes construye dos edificios totalmente emblemáticos y claves por sí mismos y, sobre todo, en el contexto urbano: el Ayuntamiento (1561-1566) y el palacio de la Hansa (1564). El Ayuntamiento de Amberes es una construcción donde, de forma contundente, destaca su cuerpo central con una correcta distribución de órdenes superpuestos. Es expresión, por otro lado, de la renuncia al decorativismo flamenco, en favor de un nuevo estructuralismo pleno de experiencias, perspectivas e intersecciones volumétricas, aplicadas a la arquitectura y puestas de manifiesto en el contraste del citado cuerpo central, donde es potenciada la verticalidad, respecto al largo cuerpo horizontal en que prima el sentido apaisado.