Autorretrato como Ecce Homo
Datos principales
Autor
Fecha
1522
Estilo
Material
Dimensiones
40,8 x 29 cm.
Museo
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La primera vez que Durero se representó a sí mismo con ciertos elementos de relación con la divinidad fue en su Autorretrato frontal. Allí, la posición y el idealismo del rostro, así como otras circunstancias, permitían equiparar la efigie del artista con la del mismo Cristo. Sin embargo, en esta ocasión, 22 años más tarde, su semejanza va mucho más allá, puesto que ahora se representa a sí mismo como el verdadero Cristo durante la Pasión. El Ecce Homo es el Cristo Varón de Dolores, el hombre al que se le han arrancado las vestiduras, se le ha atado a la columna para torturarle y después, se le ha vestido con el manto y la corona de espinas. Es la manera más aguda de reflejar la parte humana y sufriente del Hijo de Dios, que es también Hijo del Hombre. Durero elige esta faceta apareciendo él mismo como doliente, herido por las circunstancias de su época. Alberto Durero era una persona profundamente religiosa, que se implicó activamente en las disensiones religiosas que llevaron al cisma protestante de Lutero, a quien el artista admiró durante los primeros años.El tono de la identificación con la figura sagrada es diferente al orgulloso equiparamiento con Dios Creador de su Autorretrato frontal. Aquí se define como alguien maltratado por la crisis de la fe y de sus instituciones. El fruto más bello y trascendental de este sentimiento religioso lo encontraremos en sus Cuatro Apóstoles.