Arco de Septimio Severo (Roma)
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El triple arco de Septimio Severo fue realizado en el año 203, de travertino y ladrillo forrados de mármol; era una merecida compensación a la renuncia del emperador a celebrar del modo habitual en Roma sus triunfos sobre los árabes y los partos. Toda su decoración se relaciona con la campaña pártica. Cuatro columnas de capiteles compuestos, sobre altos pedestales, se adelantan en las dos fachadas, enfrente de las pilastras. De las claves de los arcos sobresalen, como idolillos portátiles, figuritas de dioses: Marte en las dos del arco central, Hércules, y otras tres divinidades irreconocibles por su mal estado, en las de los laterales. Cuatro Victorias portadoras de trofeos, cada una de ellas con el genio de una estación bajo sus pies, rellenan las enjutas del arco grande. Esa misma función de relleno corresponde en los arcos menores a los dioses del Tigris, Eúfrates y otros ríos, por debajo de un minúsculo friso de un triunfo que actúa como banco o zócalo que los cuatro relieves que coronan los pilares del arco. Todo lo mencionado hasta aquí, los relieves de las tres caras visibles en los pedestales de las columnas -prisioneros conducidos por soldados romanos- entra en la esfera del arte clásico. Sus figuras dan una impresión convincente de estar de pie (las Estaciones), volar (las Victorias) y caminar (los soldados) libres del fondo neutro, ofreciendo las torsiones y los escorzos oportunos para producir el efecto espacial.