Apolo del Pireo
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En el mes de julio del año 1959 se realizó en el puerto del Pireo uno de los hallazgos arqueológicos que más interés han provocado en la arqueología griega. Se encontraron cuatro estatuas de bronce y una máscara que hoy se conservan en una sala del Museo Arqueológico Nacional de Atenas. La más antigua, cronológicamente, de las cuatro estatuas es la de Apolo, convirtiéndose en una de las esculturas fundidas en bronce más grande y más antigua que se conservan. El dios adelanta la pierna derecha a diferencia de los Kuros que los hacían con la izquierda. En su mano derecha sostenía un frasco y en la izquierda un arco. Los brazos se despegan del cuerpo, se doblan y extiende en un audaz movimiento que por primera vez se presenta.