Antíoco y Estratónice

Ingres finalizó esta obrita en 1840. Decimos obrita porque pese a su aspecto monumental y grandioso, apenas mide medio metro de alto. Está pintada en un estilo declamatorio que remite al teatro. Efectivamente, el tema de la tela es el mismo de una ópera muy famosa en París durante el siglo XIX, que ya había sido tema pictórico de otros artistas, como David

Jacques Louis David

Pintor neoclásico francés, su conocimiento de la Antigüedad clásica y de la pintura de Rafael, Poussin, Carracci y Caravaggio le permiten introducir el nuevo estilo artístico en Francia. Su próspero taller acogerá a numerosos aprendices, Ingres o Madrazo entre otros. Fue el retratista oficial de Napoleón.

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, el maestro de Ingres.La ópera recrea el ambiente de la Grecia clásica tan querida para el neoclasicismo

Neoclasicismo Francés

Marcada por la Razón y la Ilustración, Francia evoluciona hacia la revolución del arte, las costumbres, los saberes y la política, dejando atrás superstición y religión. El Neoclasicismo francés es reflejo de este espíritu empírico y racional, pasando incluso por encima de los abusos cometidos en su nombre durante la Revolución francesa.

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. Allí, la joven Estratónice ha sido desposada con un anciano rey cuyo hijo, Antíoco, se enamora y seduce a su madrastra. Horrorizado por el pecado, Antíoco cae gravemente enfermo ante la desesperación de su padre y de Estratónice, que no se atreve a confesar. El lienzo recoge el momento en que Antíoco, enfermo en el lecho, es incapaz de mirar a su madrastra. Estratónice también se aparta de él y se recoge sobre sí misma, con un aspecto inmóvil y blanco que le da la apariencia de una estatua. El padre de Antíoco, su esposo, ha seguido el gesto de horror de su hijo y mira a Estratónice, comprendiendo el motivo de la enfermedad de Antíoco.Pese al dramatismo del que Ingres hace gala en la tela, muy del gusto del futuro romanticismo

Romanticismo Francés

Estilo que sucede a la rigidez normativa del Neoclasicismo, del cual no llegó a renegar nunca. Fuertemente ligado al Imperio napoleónico, su componente patriótico le hace acuñar estereotipos como el héroe desconocido o el protagonismo popular, que Goya reutilizará con brillantez. Sus máximas figuras fueron Géricault y Delacroix, modelos para el resto de Europa.

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, la historia acaba bien: el anciano renuncia a Estratónice y se la entrega a su hijo, al tiempo que los manda a ambos al otro extremo de su reino, para que defiendan las fronteras.