Adoración de los pastores

Antes de trasladarse a Venecia, Doménikos realizó la obra maestra de su producción juvenil: el Tríptico de Módena, descubierto en los depósitos de la Galleria Estense de esa ciudad italiana - donde en la actualidad se conserva - en el año 1937. Se trataría de un pequeño altar portátil formado por una tabla central y dos alas, todas pintadas por ambas caras. En la tabla central presenta la Alegoría del caballero cristiano

Alegoría del caballero cristiano

Esta enigmática escena parece reflejar un Juicio Final, tan habitual en el mundo gótico. Se trata de la tabla central del Tríptico de Módena y exhibe la dependencia de El Greco hacia las estampas procedentes de Italia, en las que encuentra su relación con el Renacimiento, todo ello sin olvidar su punto de partida en el arte bizantino.

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y la Vista del Monte Sinaí

Vista del Monte Sinaí

Imagen posterior de la tabla central del Tríptico de Módena, aquí El Greco se muestra como un auténtico pintor bizantino, alejado de las influencias del Renacimiento italiano.

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, mientras que en las laterales se observan el Bautismo de Cristo

Bautismo de Cristo

Tabla lateral del Tríptico de Módena - descubierto en 1937 - en la que El Greco exhibe el "bilingüismo" imperante en el arte cretense del siglo XVI, procedente de la influencia bizantina junto a elementos del Renacimiento italiano.

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, esta Adoración de los pastores, la Anunciación

Anunciación

Tabla lateral del reverso del Tríptico de Módena pintado por El Greco hacia 1567, muestra el deseo del artista por trabajar en el estilo renacentista y abandonar el bizantinismo de sus primeras obras.

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y Dios con Adán y Eva. El Tríptico está firmado como Che?r Doménikou en letras capitales. En las escenas de este tríptico, Doménikos se muestra como un artista novel, mezclando el "bilingüismo" tradicional de la pintura cretense del momento al exhibir elementos bizantinos junto a otros procedentes del Renacimiento italiano

Renacimiento Italiano

El desarrollo del Renacimiento constituye la gran revolución en la concepción del arte occidental. Las claves de lectura de la imagen visual que instituye han regido sin interrupción hasta nuestros días. Sólo la pintura contemporánea se ha atrevido a violar tales reglas y a provocar una ruptura tan radical y escandalosa como la que plantearon los jóvenes genios del Renacimiento italiano.

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. Los marcados trazos lineales, el ligero alargamiento de las figuras, la fulgurante iluminación, el empleo de dorados y la ausencia de sombras son características que avalan el bizantinismo antes aludido. Por el contrario, existe una importante preocupación hacia la anatomía y la distribución de las figuras en el espacio, creando sensación de profundidad, que denota su conocimiento de lo que se hace en Italia, gracias a los grabados y las estampas que llegaban a la isla. En la parte superior de la tabla encontramos uno de los elementos característicos de la pintura de El Greco como es el Rompimiento de Gloria, en este caso formado por un grupo de ángeles entre nubes rosáceas y anaranjadas, quizá para aludir al milagro del nacimiento de Jesús. La pincelada de Doménikos es bastante suelta, recurriendo al trazo rápido e interesándose más por el efecto que por el detalle, a pesar de destacar los pliegues de las túnicas de los personajes. Como si de un puzzle se tratara, el maestro va incorporando las novedades que le parecen atractivas, resultando una imagen bastante sugerente para el espectador, especialmente por las vivas tonalidades empleadas, influencia procedente de Venecia.