Adoración de los pastores

Los especialistas consideran que esta Adoración de los pastores que contemplamos se ubicaba en el cuerpo bajo del retablo del Colegio de Nuestra Señora de la Encarnación de Madrid, más conocido como Colegio de doña María de Aragón en homenaje a su fundadora. Flanquearía a la Anunciación

Anunciación

La bella Anunciación que pintó El Greco para el Colegio de Doña María de Aragón es una de las primeras imágenes en las que se muestra el estilo cada vez más personal que va adquiriendo el artista, unas figuras muy alargadas y una religiosidad especial. Pero aún existen ecos de la pintura veneciana, sobre todo de Tiziano, al emplear una fuerte luz; también se encuentran influencias del Manierismo en las tonalidades.

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y sería compañera del Bautismo de Cristo

Bautismo de Cristo

A finales del siglo XVI, El Greco recibió el encargo de decorar la iglesia del Colegio de Doña María de Aragón en Madrid. El retablo principal tenía en su cuerpo bajo este Bautismo de Cristo, que acompañaba la Anunciación. El estilo que catapultará a la fama al maestro se aprecia con claridad en esta escena: figuras estilizadas, tonalidades vibrantes, pincelada rápida, etc. Las anteriores influencias - Miguel Ángel o Tiziano - son abandonadas de manera progresiva.

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aunque desconocemos la exacta colocación al ser utilizado el edificio en el siglo XIX para albergar actualmente el Senado de España. En la Adoración que observamos repite El Greco los esquemas ya elaborados anteriormente en Santo Domingo el Antiguo e Italia. La figura del Niño Jesús sirve para proyectar una luz sobrenatural que baña toda la composición, como hace la Escuela veneciana, situando a su alrededor a la Virgen, san José, un ángel y un pastor arrodillado que presenta un cordero, símbolo del Agnus Dei. En el fondo contemplamos a dos figuras conversando, cerca de las ruinas abovedadas, referencia espacial típica del Renacimiento

Renacimiento Italiano

El desarrollo del Renacimiento constituye la gran revolución en la concepción del arte occidental. Las claves de lectura de la imagen visual que instituye han regido sin interrupción hasta nuestros días. Sólo la pintura contemporánea se ha atrevido a violar tales reglas y a provocar una ruptura tan radical y escandalosa como la que plantearon los jóvenes genios del Renacimiento italiano.

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, sobre las que hallamos un Rompimiento de Gloria con ángeles que portan filacterias. Las figuras muestran su alargamiento característico, destacando la iluminación y el colorido empleado que provoca una mayor espiritualidad en la composición, con un modelado que es aplicado en pinceladas largas y sueltas, en sintonía con Tiziano

Tiziano Vecellio

Pintor renacentista italiano (1485 h. -1576) es considerado el maestro más importante de la Escuela veneciana. Su aprendizaje con Giovanni Bellini marcará el detallismo de su producción, pero será Giorgione quien le introduzca de pleno en el Cinquecento, al emplear el paisaje como elemento integrador de las figuras. Se interesó por la pintura centro-italiana, espacialmente por Rafael, Miguel Angel y Leonardo, así como por el Manierismo, influyéndole Giulio Romano y Pordenone. Su estrecha relación con Carlos V y Felipe II será fundamental para el Barroco español, en especial para Velázquez. Rubens llegará a considerarle como su padre espiritual. La luz y el color serán los protagonistas de sus composiciones.

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y Tintoretto

Jacopo Robusti

Junto a Tiziano, Tintoretto es el mejor representante de la Escuela veneciana. Sus figuras retorcidas se integran plenamente en el Manierismo, obteniendo un importante número de encargos en su Venecia natal. Las decoraciones de las Scuolas venecianas y de los palacios muestran la obra de este artista que marcó a buena parte de los artistas del Barroco, entre ellos a Rubens.

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. Las brillantes tonalidades utilizadas están en contacto con el Manierismo

Manierismo

El Manierismo constituye un estilo derivado de la evolución última de las teorías del Renacimiento, más bien, de una violación sistemática de estas teorías. Fue un estilo creado para clientes muy refinados, que deseaban un arte sofisticado y cortesano.

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, especialmente el verde-amarillento que tanto admirará Doménikos. La verticalidad del lienzo obliga a esa distribución de los personajes, apreciándose un alargamiento excesivo de sus cuerpos como observamos en María, arrodillada y con un canon de uno a trece - la cabeza es la decimotercera parte del cuerpo - que popularizará el artista entre la piadosa sociedad toledana, extendiéndolo hasta la Corte madrileña con este excepcional trabajo.