Las Cruzadas

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Datos principales


Lugar relacionado

Jerusalén

Desarrollo


La ocupación de los Santos Lugares de Palestina por los musulmanes provocó que, a partir del siglo XI, la Cristiandad organice sucesivas expediciones, llamadas Cruzadas, y que se creen las órdenes militares para recuperarlos y defenderlos. Estas expediciones se iniciaron con el llamamiento hecho a la Cristiandad por el papa Urbano II en el año 1095 para conquistar Jerusalén. En total, entre 1095 y 1270 se organizaron ocho Cruzadas oficiales. Los puntos de partida fueron ciudades como Toulouse, Tours, Londres, París, Verdún, Ratisbona, Venecia o Roma. Todas las expediciones tenían como objetivo llegar, bien por tierra o por mar, a Palestina. El fervor cristiano de las poblaciones hacía que al llamamiento de Cruzada respondieran ricos y pobres, incluso niños. Las expediciones estaban formadas por miles de personas, caballeros y soldados de a pie, cuyo camino estaba lleno de penalidades, llegando muchos a perecer durante el trayecto. Todos ellos llevaban cosida a sus ropas la señal de la cruz. Los caballeros e infantes cruzados presentaban equipamientos distintos, debido a su diferente procedencia y origen social. El caballero cruzado vestía, en general, una cota de malla, siendo el arma más usual la espada, aunque también utilizaban otras robadas al enemigo. Por su parte, los escudos evolucionaron haciéndose más pequeños y ligeros. La Primera Cruzada fue un éxito sorprendente. La desunión de los musulmanes permitió tomar Antioquía y Jerusalén y formar varios estados latinos en Oriente Medio. La defensa de estos pequeños estados se basó en las numerosas fortalezas levantadas por los Cruzados. Sin embargo, presionados los estados latinos por los musulmanes, los reinos cristianos enviaron nuevas expediciones, que no resultaron tan fáciles. La desunión de los ejércitos cristianos, la falta de efectivos y la superior organización de los musulmanes hizo que una tras otra las cruzadas se saldaran en fracaso, perdiendo finalmente sus conquistas a manos del enemigo. Después de la caída de Acre, en 1291, la victoria de las tropas musulmanas fue total y definitiva.

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