La Ronda de Noche
Desarrollo
La Hermandad de los Arcabuceros de Amsterdam encargó a Rembrandt una de sus obras maestras: La Ronda de Noche , el mayor retrato colectivo pintado por el maestro. En el lienzo se figura la tumultuosa salida de su acuartelamiento de la compañía del capitán Frans Banningh Cocq, presta a disputarse el premio de un concurso de tiro convocado en pleno mediodía en honor de María de Médicis. Rembrandt en lugar de disponer limpiamente en torno a una mesa a los guardias cívicos o de agruparlos escalonadamente y por filas como harían otros pintores, hizo que progresaran desde un segundo plano, sumido en la penumbra más total, hacia un primero, a plena luz. Encabezando la marcha, el comandante de la compañía transmitiendo las órdenes a su segundo, el lugarteniente Willen van Ruytenburgh. Detrás, alternándose los contrastes de luces y de sombras, los movimientos de los soldados, que pagaron una media de cien florines al pintor, desde un lado para otro, hacia adelante y hacia atrás, sorteando mosquetes, picas, banderas y brazos dispuestos en diagonal. El cuadro está cargado de raros personajes, como esa joven que, espectro luminoso, deambula extraviada entre la maraña de milicianos, portando un gallo muerto atado a su cintura, como simbólica alusión al apellido del jefe de la compañía. Artificios compositivos y perspectivos, como la mano del capitán tendida hacia fuera del cuadro, o el espontón del oficial dirigido hacia adelante, confieren al grupo el movimiento natural que tanto atraía a Rembrandt.
Los juegos de luz y sombra recuerdan la influencia del tenebrismo, remarcado aún más por el oscuro colorido de los trajes, a excepción del hombre vestido de rojo en la izquierda y del color blanco de cuellos y puños. También hay que destacar cómo resbala la luz sobre los elementos metálicos, que ofrecen así mayor sensación de realismo. El pintor está en estos momentos muy interesado en destacar los detalles, como observamos en la banda roja del capitán, la casaca del alférez o el vestido de la niña que aparece al fondo. Pero las figuras que vemos en segundo plano están más difuminadas y dan la impresión de que existe aire y polvo entre las figuras. El resultado es una obra maestra, pero cuando fue presentada en Amsterdam tuvo una fría acogida por parte de la crítica lo que provocó que Rembrandt inicie su periodo de decadencia.
Los juegos de luz y sombra recuerdan la influencia del tenebrismo, remarcado aún más por el oscuro colorido de los trajes, a excepción del hombre vestido de rojo en la izquierda y del color blanco de cuellos y puños. También hay que destacar cómo resbala la luz sobre los elementos metálicos, que ofrecen así mayor sensación de realismo. El pintor está en estos momentos muy interesado en destacar los detalles, como observamos en la banda roja del capitán, la casaca del alférez o el vestido de la niña que aparece al fondo. Pero las figuras que vemos en segundo plano están más difuminadas y dan la impresión de que existe aire y polvo entre las figuras. El resultado es una obra maestra, pero cuando fue presentada en Amsterdam tuvo una fría acogida por parte de la crítica lo que provocó que Rembrandt inicie su periodo de decadencia.