Persépolis

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Datos principales


Desarrollo


A mediados del siglo VI antes de Cristo el persa aqueménida Ciro el Grande fundó el gran imperio persa, que con el tiempo se extendería por Irán, Mesopotamia, Siria, Asia Menor, Tracia y parte de la India. Cuando otro gran gobernante, Darío, mandó fijar su residencia en Persépolis, esta ciudad comenzó a enriquecerse de manera fastuosa, gracias especialmente a sus palacios. La tradición narra que Alejandro incendió la ciudad antes de su partida hacia la India, tras una noche de orgía. Sobre una amplísima terraza natural de piedra se conservan los restos de algunos palacios o apadanas. Estos restos se encuentran en un espacio de 425 metros de largo por 520 de ancho y están rodeados por diferentes construcciones, de las que apenas conservamos datos. En la zona norte nos encontramos con la puerta monumental inacabada, mientras que en el sur aparecen los llamados propileos de Jerjes, flanqueados por dos gigantescos toros antropomorfos alados. El Tripylon es el pasaje monumental que une las dos partes de la ciudad. Sobre otra terraza se encuentra el palacio de las Cien columnas de Jerjes y a su lado se sitúa el edificio de la tesorería. En la zona baja de Persépolis encontramos la Apadana o gran sala de audiencias de Darío I. Las habitaciones personales del monarca se hallan a continuación, pasando a los palacios de Artajerjes y de Jerjes. En la confluencia de las dos zonas palaciegas se ubicaba el harén, que era la tesorería de Jerjes y de Darío. Los nombres asignados a los principales edificios son nombres convencionales, empleados por los arqueólogos por comodidad.

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