Minería y siderurgia españolas en el siglo XIX
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Datos principales
Desarrollo
Durante el siglo XIX la minería española se basará en la riqueza de los yacimientos, la mano de obra barata y la llegada en cantidades considerables de capital extranjero. Entre los yacimientos principales, destacaba la búsqueda de oro en Almería, actividad a la que se dedicaban casi siete mil familias. La minería del carbón estaba localizada fundamentalmente en Asturias. También seguían funcionando las minas tradicionales en Huelva -con el cobre de Río Tinto-, Ciudad Real -mercurio de Almadén-, Murcia -plomo de Cartagena- y Jaén -plomo de La Carolina-. Las vetas de hierro de la cordillera cantábrica, localizadas principalmente en Cantabria y Vizcaya, tendrán su momento de mayor expansión en las décadas de finales de siglo. Paralela al desarrollo minero, comienza a desarrollarse la siderurgia moderna. En 1832 se funda en Marbella (Málaga), el primer alto horno español. En Andalucía se montaron también algunos altos hornos en Huelva y Sevilla, que finalmente fracasaron. En Cataluña se desarrolló la compañía El Vapor, de los hermanos Bonaplata, y la Maquinista Terrestre y Marítima. En Mieres, Asturias, donde se había fundado un Alto Horno en 1848, se creó la Sociedad Duro y Compañía en La Felguera, en 1857. En Vizcaya, ya en 1849 se había instalado un Alto Horno de carbón vegetal en Bolueta. Por último, a partir de 1860, la compañía Ybarra impulsó la instalación de Altos Hornos en Baracaldo.